jueves, 6 de octubre de 2011

Ante los problemas...

Hola:


El otro día os escribía sobre el padre de Álvaro, el niño que murió tras la cesárea de urgencia a su madre muerta por los disparos de un desequilibrado en una Iglesia de Madrid.

Ante un dolor tan grande como el suyo, mis problemas me deberían parecer pequeños, y debería pasarme el día de rodillas agradeciendo a Dios que mi cruz sea más ligera, pero no siempre lo consigo. Hoy desde luego no...

Las cosas en el trabajo no son fáciles, Fernando y María Isabel están acusando un poco la llegada de su hermanito, José reclama atención a todas horas, y María llega hasta donde llega, que ya es mucho, pero termina agotada día tras día, y tiene que darle el pecho a José varias veces por la noche...

Lo cierto es que tengo exactamente lo que deseaba y deseo... Amo con locura a María, cada día más y cada día me regala algún detalle para admirarla más. Me quedo bobo mirando a cualquiera de los tres, pero el cansancio, la falta de perspectiva, la falta de oración,... una rabieta (normal por otro lado) de Fernando o María Isabel, y pierdo la paciencia, magnifico el problema, me convierto en parte de él en lugar de facilitar su solución... ¡Cuánto que aprender! ¡Cuánto por lo que pedir perdón! ¡Cuántas oportunidades perdidas de dar gracias en lugar de mirarme el ombligo!

Mañana será otro día. Las circunstancias no cambiarán, pero cómo las afronte espero que sí. Buenas noches a todos.


2 comentarios:

Ana (Valladolid) dijo...

¡Mucho ánimo,Fernando!!!! ES el día a día. Creo que no podías haber expresado mejor cómo nos sentimos muchos, sobre todo los que tenemos niños y bebé al que atender día y noche.
A veces me siento mal, por haberme enfadado con alguno de los mayores (4 y 2 años), por no haber tenido un poquito más de paciencia, por discutir por auténticas bobadas con mi marido...en fin...que el agotamiento y los problemas a veces pasan factura, pero yo creo que lo importante es ser conscientes de ello, de nuestros errores y saber reconocer que en el fondo somos enormemente privilegiados por las familias y la vida que tenemos...
Hay tanto que aprender día a día...
Un beso y mucha fuerza.

VICENTE dijo...

Gracias, Fer y Ana. ¡Cuánta razón tenéis! Imagináos cómo nos sentimos -en cuanto a ocasiones perdidas de pedir perdón, a ocasiones de no ser egoista desaprovechadas, ocasiones de dar gracias y no hacerlo, ...- los que pasamos de los 50 y tenemos 5 hijos. Lo único que ayuda es saber que Dios nos quiere como somos y que conoce nuestra debilidad.

En mirarme al ombligo y preocuparme únicamente de mis problemas -problemitas muchas veces, comparados con el dolor de otros- tengo un master y un doctorado.

Gracias por hacerme pensar en estas cosas.

Vicente.