Ya llegó el verano... y la alergia también

Hola:

Ya ha llegado el verano, o casi, y con él, el polen, ese cariñoso amigo que me enrojece los ojos, me hace llorar y estornudar a la vez y me deja la cabeza mitad Bob Esponja, mitad Patricio Estrella...

Fernando es ya todo un señoritingo de cinco años, ufano cual pavo real cuando se sale con la suya, llorón cual plañidera cuando recibe la más mínima contradicción, pero son cosas de la edad, y lo cierto es que lee todo lo que cae en sus manos, recuerda lo que ya se nos había olvidado y cada día nos sorprende con un nuevo avance.

María Isabel, a sus tres años y medio, no termina de entender por qué llora su hermano, y se esfuerza en recordarlo cada tres minutos, con lo que el otro se pone "aún más contento"... Esta niña tiene un corazón que no le cabe en el pecho, y sé exáctamente de dónde le viene...

José, a punto de alcanzar su primer cumpleaños, es una mezcla entre Maquiavelo y Joker (el de Batman), todo el día sonriendo a la vez que reclamando que le paseen en brazos, que le recogan el chupete, que le deje beber su padre de su vino (cosa que su padre no hace...). ¡Está para comérselo!

Y María está preocupada... Aunque no es precisamente "primeriza", las molestias del embarazo le alarman y hacen ponerse en lo peor, a lo que no han ayudado los resultados de unos análisis médicos que aún están por confirmar... Pero no sé cómo lo hace, que cada día me recuerda por qué soy el hombre más afortunado de esta tierra, con una anécdota de algo que ha pasado con cualquiera de los peques, con una sonrisa, con su forma de consolar a Fernando, pasando a menos de un metro mío,...

Y yo... ¡Bueno! Cansado como no recuerdo, y muy feliz de poder cansarme en estas lides... ¡Menos mal que todo no es trabajo! ¿Verdad?