jueves, 16 de junio de 2011

Ana necesita que reces


Hola:

¡Ya estamos en casa! Locos de contentos de poder hacer esta foto. ¿Veis como yo a los cuatro sonriendo? La parte de arriba del pijama de Fernando lo dice todo.

Pero hoy hay otro tema más urgente. Ana (de Valladolid), nos ha avisado de que está ingresada intentando que le detengan el parto.

Ana es la madre de otro niño prematuro, y esta vez debe llevar a término el embarazo. Cuenta con todos vosotros. Para nosotros ha sido un apoyo constante.

Un fuerte abrazo,

miércoles, 15 de junio de 2011

Lo mejor de mi vida


Hola:

En la Planta de Maternidad donde estamos, algunos nos miran con cierta sorpresa cuando les decimos que José es "el cuarto". También nos miran con cierta envidia, creo, cuando se dan cuenta de que para nosotros es "el único", como cada uno de sus hermanos.

Ayer, Fernando y María Isabel, conocieron a su hermano José, y disfrutamos todos de unos momentos increíbles de risas, descubrimientos, juegos, miradas, caras, gestos, comparaciones, besos, caricias, palabras... Al poco entraron los abuelos, y se unieron a la fiesta, lo que la hizo aún mejor. A última hora pudo venir María, mi hermana, que después de haber estado al pié del cañón durante estos dos últimos años, pudo achuchar a su nuevo sobrino.

El resto de la familia y los amigos nos siguen llenando el móvil y el buzón de correo de mensajes, esperamos poder contestar a todos antes de la Primera Comunión de José...

José es un niño largo, fuerte e insaciable, sólo se calma en nuestros brazos, en especial los de María, claro, y si puede "agarrarse" al pecho, ya no digamos... Ahí le tenéis, con esa cara con la que parece que está preguntando: "¿Tú das leche?"

Pero lo mejor de todo, como siempre, es María, valiente desde su ingreso en la noche del día trece y especialmente durante el parto, sonriente aún entre contracciones y empujones, paciente, serena, cariñosa, más preocupada de mi comodidad que de la suya, avisando de los dolores pero sin quejarse, contando sus miedos de una forma que parece no sentirlos... En fin María, madre y esposa en estado puro, contagiando felicidad y tranquilidad. Pues eso, María.

Irene, a pesar de haberse quedado sin tocaya, sigue siendo la misma... Segura, decidida, tranquilizadora, atenta a cada detalle, cariñosa... Sólo la he visto seria cuando le dije a su llegada que no le habíamos avisado la noche del ingreso porque era muy tarde y no quisimos molestar... Desde ese momento se hizo cargo de todo y no dejó el Hospital hasta que nos íbamos camino de la habitación.

Gracias Dios Mío por todo lo vivido. Un abrazo a todos,

Fer

martes, 14 de junio de 2011

Ya viene José!!!! pero no me deja escribir abajo...