lunes, 6 de diciembre de 2010

José es su nombre


Hola:

Ayer fué un día duro... Tenía fiebre, diarrea, nauseas, me dolían todas las articulaciones y estaba agotado... Pensaba que sería la gripe. ¡Sólo nos falta que se la pegue a María y a los peques!

Por suerte vinieron mis padres a comer e hicimos la comida del domingo en familia, con helado de postre para los peques, como debe ser.

Gracias a que estaban mis padres, pude ir a Misa con calma, aunque unas cuantas veces pensé que no iba a poder terminarla... Y como premio especial, pude encontrarme con un matrimonio muy generoso y especial y a sus hijos, incluida la última "incorporación" a la familia.

Durante la comida estaba bastante desganado, pero hay que comer... Mi padre, médico, siempre ha dicho sobre los enfermos que: "De los que comen, alguno se salva".

Luego, una siesta junto a María, con los abuelos a cargo de todo. ¡Dos horas nada menos! ¡Eso sí que fué hacer rendir el tiempo!

Aún así, por la noche estaba destrozado otra vez, y como Fernando y María Isabel no apoyaron demasiado, perdí los estribos. Terminé gritándoles y arrojándoles a la cama más que acostándoles... Su llantos, al final me ablandaron y subí a acostarles como Dios manda, con el Jesusito de mi Vida, el Ángel de la Guarda, un beso, un abrazo y un cariño, y un "hasta mañana si Dios quiere" para terminar.

María estaba acostada ya, cansada también, y callaba para no criticar... Cuando le dije "Perdonamé", simplemente dijo: "Eso díselo a ellos" (Pero más como un consejo cariñoso que como una crítica, que también). Y así terminó el día. Espero que lean ésto cuando crezcan y sepan disculparme.

Hoy me he levantado mucho mejor. He jugado con ellos todo lo que he podido y para ellos, como si ayer no hubiera existido... Por cierto, María Isabel me ha ayudado con la aspiradora.

Sé que por mucho que quiera, no llegaré nunca a ser un padre como lo fué San José. Hoy hemos decidido llamar José a nuestro nuevo hijo... Espero que este nombre me recuerde mis obligaciones hacia nuestros hijos cuando, sea por el motivo que sea, las olvide.

P.D.: María me ha cortado el pelo, bueno, el que me queda...

3 comentarios:

Ana ( Valldolid) dijo...

Mucha paciencia Fernando. ¿ cómo no perder los nervios alguna de vez? Nos pasa a todos y no estamos en vuestra situación. Es increíble el don que tienen los peques para no tenernos en cuenta nuestros "malos" momentos...
Desde aqui sigo felicitándote por hacerlo tan bien y os mando mucho ánimo de nuevo porque nadie dijo que esto iba a ser fácil.
José...precioso!!!
Un día menos, chicos!!!!!

Unknown dijo...

¡Qué buen nombre, y menudo Santazo para protegerle desde ya!

Fernando, tranquilo, cuando los hijos crecen recuerdan estas cosas con unas risas, te lo digo por experiencia. Tú lo olvidas, pero a ellos les queda un grato recuerdo, porque saben de sobra que tu cariño por ellos supera cualquier bronca o mal día.

Y cuídate para cuidar... la ayuda a los cuidadores es muy necesaria, no te fuerces, y no seas duro contigo. Dile a San José que ponga él de su parte y, donde tú no llegues, que llegue él.

Un gran abrazo... la madrina de Jesús

Nekane dijo...

Fernado, es normal que pierdas la paciencia y más encontrándote mal. ¡¡¡¡ÁNIMO !!! Sois unos campeones.
Ah María Isabel, cuando acabes vienes a mi casa a pasar la aspiradora. Vaya estilo.... Un besito de Loli

Me encanta el nombre, ahora cuando rece ya le pongo nombre. José. Que bonito suena.