Hola:
Ayer fué un día duro... Tenía fiebre, diarrea, nauseas, me dolían todas las articulaciones y estaba agotado... Pensaba que sería la gripe. ¡Sólo nos falta que se la pegue a María y a los peques!
Por suerte vinieron mis padres a comer e hicimos la comida del domingo en familia, con helado de postre para los peques, como debe ser.
Gracias a que estaban mis padres, pude ir a Misa con calma, aunque unas cuantas veces pensé que no iba a poder terminarla... Y como premio especial, pude encontrarme con un matrimonio muy generoso y especial y a sus hijos, incluida la última "incorporación" a la familia.
Durante la comida estaba bastante desganado, pero hay que comer... Mi padre, médico, siempre ha dicho sobre los enfermos que: "De los que comen, alguno se salva".
Luego, una siesta junto a María, con los abuelos a cargo de todo. ¡Dos horas nada menos! ¡Eso sí que fué hacer rendir el tiempo!
Aún así, por la noche estaba destrozado otra vez, y como Fernando y María Isabel no apoyaron demasiado, perdí los estribos. Terminé gritándoles y arrojándoles a la cama más que acostándoles... Su llantos, al final me ablandaron y subí a acostarles como Dios manda, con el Jesusito de mi Vida, el Ángel de la Guarda, un beso, un abrazo y un cariño, y un "hasta mañana si Dios quiere" para terminar.
María estaba acostada ya, cansada también, y callaba para no criticar... Cuando le dije "Perdonamé", simplemente dijo: "Eso díselo a ellos" (Pero más como un consejo cariñoso que como una crítica, que también). Y así terminó el día. Espero que lean ésto cuando crezcan y sepan disculparme.
Hoy me he levantado mucho mejor. He jugado con ellos todo lo que he podido y para ellos, como si ayer no hubiera existido... Por cierto, María Isabel me ha ayudado con la aspiradora.
Sé que por mucho que quiera, no llegaré nunca a ser un padre como lo fué San José. Hoy hemos decidido llamar José a nuestro nuevo hijo... Espero que este nombre me recuerde mis obligaciones hacia nuestros hijos cuando, sea por el motivo que sea, las olvide.
P.D.: María me ha cortado el pelo, bueno, el que me queda...
lunes, 6 de diciembre de 2010
José es su nombre
Publicado por Fernando en 19:39
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Diseño por Carisma Design
3 comentarios:
Mucha paciencia Fernando. ¿ cómo no perder los nervios alguna de vez? Nos pasa a todos y no estamos en vuestra situación. Es increíble el don que tienen los peques para no tenernos en cuenta nuestros "malos" momentos...
Desde aqui sigo felicitándote por hacerlo tan bien y os mando mucho ánimo de nuevo porque nadie dijo que esto iba a ser fácil.
José...precioso!!!
Un día menos, chicos!!!!!
¡Qué buen nombre, y menudo Santazo para protegerle desde ya!
Fernando, tranquilo, cuando los hijos crecen recuerdan estas cosas con unas risas, te lo digo por experiencia. Tú lo olvidas, pero a ellos les queda un grato recuerdo, porque saben de sobra que tu cariño por ellos supera cualquier bronca o mal día.
Y cuídate para cuidar... la ayuda a los cuidadores es muy necesaria, no te fuerces, y no seas duro contigo. Dile a San José que ponga él de su parte y, donde tú no llegues, que llegue él.
Un gran abrazo... la madrina de Jesús
Fernado, es normal que pierdas la paciencia y más encontrándote mal. ¡¡¡¡ÁNIMO !!! Sois unos campeones.
Ah María Isabel, cuando acabes vienes a mi casa a pasar la aspiradora. Vaya estilo.... Un besito de Loli
Me encanta el nombre, ahora cuando rece ya le pongo nombre. José. Que bonito suena.
Publicar un comentario